LA EXCELENCIA COMO ELECCIÓN PERSONAL

Enero 2014

Como ya sabéis los que me conocéis desde hace tiempo, acostumbro a estar muy atento a las circunstancias de la vida cotidiana para utilizarlas como ejemplo de aquellas teorías, ideas o conceptos con los que trabajo habitualmente. 

En este caso concreto, me perdonaréis  que haga una pequeña concesión a mi ego como padre, y utilice un ejemplo que me ha proporcionado mi hija Sofía.

Tiene doce años y estudia sexto de primaria. Además, complementa su formación con la práctica de la natación y de la esgrima, y con estudios de piano en la escuela municipal de música. Su rendimiento en todo lo que lleva a cabo es muy bueno.

A principios de esta semana realizó un examen de lenguaje musical. Consistía en la lectura rítmica de una partitura delante de un tribunal de profesores. La dinámica del examen era que los alumnos, de uno en uno, entraban en el aula y extraían un papelito con el número de una de las cinco partituras que habían trabajado en clase. Había también un papelito comodín, que facultaba al alumno que lo sacaba para elegir la partitura que quería leer.

 Cuando salían del examen, los compañeros que estaban esperando fuera se acercaban y preguntaban: “¿Cómo te ha ido? ¿Cuál te ha tocado?”

 Cuando salió Sofía, pasó lo mismo. Yo estaba a varios metros de distancia pero les oía perfectamente.

 -¿Cómo te ha ido?

 -Muy bien – respondió ella.

 -¿Cuál te ha tocado? – volvieron a preguntar.

 -Me ha tocado el comodín.

 -¿Y cuál has elegido?

 -La partitura número  cuatro.

Sus amigas la miraron durante un breve momento de una forma que advertí extraña. No entendí bien aquel cortísimo pero curioso silencio.

 Por eso, cuando volvíamos a casa, le pregunté:

 -Sofía, ¿Por qué has elegido la partitura número cuatro? ¿Era la más fácil?

 -No papa – respondió ella, con toda la naturalidad del mundo  – Era la más difícil.

No le pregunté nada más. Seguimos el camino hacia casa jugando y bromeando.  Y esa noche, recordando lo acontecido durante el día, vino a mi mente, con total intensidad y certeza, el tema de este artículo:

 “La excelencia es una actitud que se elige”.

 Ricardo López.